WE THE PEOPLE

Se acercan las elecciones en EE.UU. El próximo noviembre sabremos quien ocupará la Casa Blanca en el próximo período, si Trump repite o ganando Biden algo cambia en ese país. Los partidos están poniendo su maquinaria a punto, y ello nunca mejor dicho, pues en EE.UU. los partidos son, sobre todo, máquinas electorales.

Ahora levanta ampollas la elección de los demócratas, con la candidatura de Joe Biden y Kamala Harris, a la presidencia y vicepresidencia respectivamente. Y resulta que la gran discusión no va sobre programas políticos, o sobre cómo afrontar las consecuencias socioeconómicas de la pandemia de Covid-19. Tampoco se sitúa acerca de la valía personal de los candidatos. No. La gran discusión aparece acerca de si la Sra. Harris es negra, afroamericana, india, jamaicana o todo a la vez. O sobre si la Sra. Harris, al ser hija de inmigrantes (muy cualificados pero inmigrantes) cumple o no con los requisitos para poder ocupar el cargo al que aspira. Que haya sido una de las fiscales de mayor prestigio en California y que actualmente sea un valor en alza como Senadora parece una nimiedad

Hemos reducido la política a un mapa étnico que, si en algún lugar tiene poco sentido, es precisamente en los EE.UU., crisol de razas, nacionalidades, creencias y demás connotaciones personales. EE.UU. no sería lo que es sin que esa mescolanza y ese mestizaje no se hubiera producido a lo largo de los siglos. Buscar orígenes «puros», cual arios redivivos, es más propio de nefastas ideologías importadas que tantos estragos han provocado y provocan a lo largo y ancho de este mundo.

Que la Sra. Harris es hija de madre India (de la India) y padre jamaicano? Pues como si lo fuera de madre polaca y padre italiano. El origen de los padres es irrelevante, jurídicamente porque habiendo ella, Kamala Harris, nacido en los EE.UU., cumple con el requisito establecido en el art. II sección 1ª de su Constitución, y tiene más de 35 años, tal como esa misma disposición exige. Una se pregunta si hay que tener ocho apellidos USA para que no se discutan los orígenes de quienes forman las candidaturas…

Pero en este mundo en el que, artificialmente, todo se ha «racializado» como si la raza fuera el elemento de legitimidad política, desbancando las propuestas sobre lo que verdaderamente incide en la vida de la ciudadanía y echando mano de los diversos populismos en boga… en este mundo es mejor distraer a la opinión pública con estos temas, no fuera caso que se preocupara por los que de verdad le atañen.

Estoy esperando que comience la campaña de verdad, en la que se pueda apreciar la valía de cada candidato y se pueda valorar lo que propone políticamente.


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