LOS PROBLEMAS DE FONDO EN EL EUROGRUPO

10 de julio de 2020.

Nunca sabremos por qué, cómo y quién voto a quien en la decisión sobre la presidencia del Eurogrupo. Además de la ineficaz gestión de los apoyos que se ha hecho desde España, existe un problema de fondo mayor, que lo vengo denunciando desde hace años, incluso en publicaciones académicas. Ese problema es que el Eurogrupo es un órgano informal, que no está regulado en los Tratados de la UE sino, parcamente, en un Protocolo añadido a los Tratados. Se trata del Protocolo 14, Anexo, que únicamente dispone lo siguiente:
<<Artículo 1.
Los ministros de los Estados miembros cuya moneda es el euro mantendrán reuniones de carácter informal. Dichas reuniones se celebrarán, siempre que sea necesario, para examinar cuestiones vinculadas a las responsabilidades específicas que comparten en lo relativo a la moneda única. La Comisión participará en las reuniones. Se invitará al Banco Central Europeo a participar en dichas reuniones, de cuya preparación se encargarán los representantes de los ministros de finanzas de los Estados miembros cuya moneda es el euro y de la Comisión.
Artículo 2.
Los ministros de los Estados miembros cuya moneda es el euro elegirán un Presidente para un período de dos años y medio, por mayoría de dichos Estados miembros.>>

Como se puede apreciar, no se especifica el sistema de votación, que se ha acordado, informalmente, que sea secreto, lo cual sorprende puesto que incluso en el Consejo de la Unión, el co-legislador, el voto ha de poder ser conocido por la ciudadanía, a la que se da derecho a solicitar información al respecto cuando las sesiones no sean públicas y no se pueda apreciar el sentido del voto.

Tampoco se establece ningún mecanismo de responsabilidad sobre la actuación y los acuerdos que tome el Eurogrupo, ni sobre la acción de su Presidente, al contrario de lo que sucede con la Comisión Europea, que puede ser objeto de una moción de censura por parte del Parlamento Europeo y cuyos miembros han de obtener la confianza del mismo.

Afortunada, o desafortunadamente, el Eurogrupo no es un órgano decisorio, sino que prepara las decisiones del Consejo. Pero es un órgano influyente que debería estar mejor regulado. En un trabajo académico, publicado en el libro «Reforma constitucional en la Unión Europea y en España», coordinado por M. Martínez Cuadrado y editado en Marcial Pons, cuestioné al Eurogrupo, advirtiendo de los peligros a que se ve sometido el Estado de Derecho, en el siguiente sentido:

<< … se pone en peligro el Estado de Derecho cuando la UE, en vez de regular debidamente el funcionamiento de un órgano, se apoya en “mecanismos informales” que ponen en riesgo el debido funcionamiento de políticas concretas. Hemos visto, recientemente, un ejemplo preciso, en la actitud mostrada por el Presidente del Eurogrupo hacia los países del sur de Europa. El Eurogrupo es un órgano informal, formado por los ministros de Economía y Finanzas de la UE y que elige a su Presidente por mayoría, sin que ello esté regulado en los Tratados. Algunos piensan que este tipo de “relaciones informales” (que culminan muchas veces en toma de decisión nada informal), por la flexibilidad que comportan, son las más adecuadas en esta Unión Europea líquida que algunos quieren. Por el contrario, si el organismo Eurogrupo estuviera regulado y se hubiera establecido la responsabilidad política de su Presidente, lo normal sería que el Parlamento pudiera revocarlo o aprobar una moción de censura en su contra, como sucedería en el caso de cualquier miembro de la Comisión Europea. Pero no. No se quiso regular. Era preferible la informalidad, la “realpolitik”. Ahora se ven las consecuencias. El Parlamento Europeo pidió la dimisión de Dijsselbloem por unanimidad y Mr. Dijsslbloem pudo continuar lo que tenga ganas disfrutando del cargo y de sus prebendas.>>

Me estaba refiriendo a la actitud mostrada por el entonces Presidente del Eurogrupo, Dijsslbloem, hacia los países del sur de Europa. La prensa del momento se hizo eco de la afirmación de Dijsslbloem, en un debate en el Parlamento Europeo: «En la crisis del euro, los países del Norte se han mostrado solidarios con los países afectados por la crisis. Como socialdemócrata, atribuyo a la solidaridad una importancia excepcional. Pero el que la solicita, tiene también obligaciones. Yo no puedo gastarme todo el dinero en copas y mujeres y pedirte luego que me ayudes». El Parlamento Europeo rechazó fulminantemente tal afirmación, por machista y xenófoba https://www.elmundo.es/…/03/21/58d15c9cca47413d5a8b45f9.html (acceso 6 octubre 2019).

Por ello, uno de los temas que pienso llevar, entre otros, a la Conferencia sobre el futuro de Europa tiene que ver con la gobernanza del Eurogrupo, proponiendo su regulación en los Tratados, con un sistema de toma de decisiones que permita visibilizar lo que cada uno propone y vota y con control democrático de este órgano por parte del Parlamento Europeo. Si el órgano es importante, regúlese como es debido. Y si no lo es disuélvanlo. Pero no nos pongamos palos en la rueda. La construcción de la UE es lenta y difícil, pero no nos podemos permitir retrocesos mediante la consolidación de los «mecanismos informales».


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