EL SALTO ADELANTE

La Comisión hizo, en este ámbito, bien su trabajo. Propuso una metodología y unos contenidos que han constituido la base para el acuerdo que ha tomado, finalmente, el Consejo. No hace falta esperar a después del verano. Ahora es necesario que el Parlamento Europeo haga sus aportaciones y, si el sistema jurídico-constitucional de los Estados miembros lo exige, el acuerdo de su propio parlamento.

Ha habido un acuerdo que es un paso muy importante. Se ha acordado, por primera vez, una «mutualización» de la deuda, al financiar el acuerdo con deuda común, cosa que hasta ahora fue imposible.

Por otra parte, se han perfilado (habrá que estudiar los detalles) las cantidades que van a ir a transferencias y las que han de ir a préstamos. Se ha mantenido la cantidad inicial (750 mil millones) pero se ha cambiado la proporción de transferencias (390) y prestamos (260). Y se ha acordado un presupuesto europeo a largo plazo que permita hacer frente a lo acordado, recortando, claro está en temas «clásicos» (la PAC, por ejemplo) para incidir más en lo que actualmente se necesita.

No hay nada incondicionado y habrá que presentar un plan (cada Estado miembro) en el que consten las previsiones acerca de cómo se van a utilizar esos fondos europeos. El control se va a realizar a través del Comité Económico y Financiero, que es un órgano consultivo del propio Consejo Europeo formado por altos funcionarios de los gobiernos y del BCE, que será el encargado de evaluar, por consenso, si el dinero se gasta correctamente teniendo en cuenta las directrices generales de la UE.

No olvidemos que entre Alemania, Francia, Italia y España, representan más del 80% del PIB de la UE y no digamos en población. Ello implica que aunque los «pequeños», al tener todos y cada uno un voto en el Consejo en estos asuntos, podrían bloquear la ejecución de los acuerdos, quedarían en una posición inaguantable, porque en el resto de cuestiones, las que tocan al «día a día», se decide por mayoría cualificada y ahí tienen las de perder. Para España, como se apuntaba, puede que algo menos de los 140 mil millones que pretendía, pero es una buena cantidad si se utiliza correctamente y hay que trabajar en esa línea, procurando el máximo (y razonable) acuerdo entre las fuerzas políticas. Espero que lo que puede ser positivo para ayudar a esta sufriente ciudadanía a levantar cabeza, no se convierta, como a veces sucede en nuestro país, en un arma arrojadiza cainita entre los grandes partidos y que la necesidad de preparar un plan plausible favorezca la no polarización izquierda-derecha (si es que se les puede llamar así) en que algunos quieren convertir la política española.

Los Países Bajos, y algunos otros, han estado jugando a hacer el papel que antes hacía el Reino Unido, e incluso han conseguido un «cheque» o rebate que recuerda al británico; que no nos vengan, pues, con sus moralinas de «austeros» porque no han parado hasta que no han sacado tajada del asunto. La extrema derecha está que trina en prácticamente todos los Estados miembros (lo cual es buena señal) y la extrema izquierda parece haber enmudecido (lo que también es un indicador de la corrección del pacto).

Esperemos que, ahora que se están encauzando, los temas económicos, la UE pueda ir fomentando liderazgo en los asuntos sociales, culturales, educativos, sanitarios y, en suma, en el fortalecimiento democrático que pide la ciudadanía. Europa no es sólo un mercado. El mercado está al servicio de las necesidades ciudadanas. No puede estar al servicio de nadie más.

Aquí las Conclusiones de este Consejo Europeo: https://www.consilium.europa.eu/…/210720-euco-final-conclus…

21 de julio de 2020.


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