LOS VOTOS DE SUS SEÑORÍAS

Mientras en el Congreso se recita la letanía de los «sí», «no» y «abstención» me llama la atención la importancia que el diario del Conde de Godó otorga a lo que denomina «el proceso catalán». Y me la llama porque, como habitualmente hacen los que poco se arriman al marco constitucional, se une a las voces que pugnan por un pretendido «diálogo», que tiene que comenzar ya, para dar una solución al «problema catalán», obviando por lo que parece el necesario respeto al marco de convivencia del que democráticamente nos dotamos en 1978.

Creo que está llegando la hora de que la ciudadanía respetuosa de las instituciones, de la ley y de los derechos y libertades, alce la voz en forma firme y decidida. No podemos dejar de manifestar que, a pesar de que ya estemos más que cansados de tergiversaciones, manipulaciones y despropósitos, como catalanes vivimos en una tierra dinámica y abierta al mundo, que es un crisol de ideas e identidades y que no aceptamos que nos recluyan en un aislamiento que nos aparte de España, de Europa y del mundo.

Necesitamos que se nos oiga. Necesitamos que el nuevo Gobierno, con el resto de las instituciones, tengan presente no lo que se postula desde esa prensa y esos partidos que nos dividen y que, a pesar de que somos mayoría, pretenden ningunearnos; han de tener presente, el Gobierno y las instituciones, que lo que queremos, como ciudadanía consciente e informada, es vivir en democracia, dentro del respeto a la ley y con igualdad de derechos estemos donde estemos, como en los países democráticos de nuestro entorno.

Pero tengo mis dudas sobre si algunos de los que ahora mismo están emitiendo su voto en el Congreso entienden algo de todo esto.

En el filo de la navaja, 29 de octubre de 2016


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