MANIPULACIÓN Y PROPAGANDA: EL CONFLICTO ENTRE CATALANES

Aunque ya se habían estudiado modelos teóricos alrededor de la comunicación a principios del siglo XX, sobre todo en las universidades americanas (Harward, Illinois), que influyeron marcadamente a las europeas (recordemos al Círculo Lingüístico de Praga influido por Jakobson), fue el nazismo quien desplegó no solo en teoría sino en la práctica, los modelos comunicativos que mejor sirvieron a sus fines (los puntos de Goebels están a la orden del día en muchos ámbitos). Tengámoslo en cuenta, porque, aunque, en teoría, el modelo puede ser seguido desde políticas distintas, siempre ha tenido éxito cuando lo que se ha pretendido es reforzar teorías supremacistas, nacionalismos exacerbados y demás.

¿Qué es lo que ha cambiado? Pues que ahora la difusión de mensajes se ha “democratizado”. Cualquiera puede intervenir en redes sociales, lo cual es, de entrada, positivo. El problema aparece cuando esa comunicación busca la confrontación o manipula, cosa que sucede muy a menudo hoy en día. Y en que la cantidad se ha impuesto a la calidad comunicacional.

Por eso se ha impuesto la «neolengua», tergiversando los conceptos y llamándonos a adoptar posiciones que no tienen nada que ver con la realidad sino que responden a una manipulación muy bien estudiada. Uno de los últimos conceptos que no son de recibo, pero que tienen una gran acogida en ciertos sectores del constitucionalismo, incluso, es el de asegurar que estamos ante «un conflicto entre catalanes».

Pues miren Vd. No tenemos ningún conflicto entre catalanes. Estamos ante un conflicto entre la ciudadanía constitucional (de Cataluña y del resto de España) y el supremacismo totalitario del secesionismo de parte de los dirigentes políticos catalanes, que consiguen, mediante las peores (o mejores) tácticas manipulativas hacer creer, a los suyos y a parte del resto, que existe un problema entre España y Cataluña.

Pongamos los puntos sobre las «íes». El constitucionalismo ciudadano no se puede sentir representado por ese rancio supremacismo que destilan los políticos del secesionismo, tanto desde Waterloo como desde las instituciones internas por ellos controladas, con el aplauso del populismo. Todo ello tiene sus conexiones en el «exterior de Cataluña», tanto en resto de España como en otros lugares de Europa y del mundo. Por ello, hay que decirles que no hay dos maneras de entender Cataluña que estén en conflicto. El conflicto se produce cuando, en Cataluña, la minoría social secesionista impone su mayoría institucional sobre el conjunto de la ciudadanía y, además, pretende que ese sea el modelo que el resto de España, y de Europa, haga suyo.

¿Por qué parte del constitucionalismo ha «comprado» este relato del «diálogo entre catalanes»? Es muy sencilla la respuesta. A falta de tener respuestas válidas frente a lo que está sucediendo, derivar el problema a otros, permite eludir responsabilidades. Si el problema lo tienen «los catalanes», que lo resuelvan ellos. Francamente, aunque sepamos que afrontar lo difícil desgasta, que esa «teoría» haya sido mencionada, que yo sepa una vez, pero una vez ya es suficiente, por el Presidente del Gobierno de España, muestra a las claras la ineficacia de su política. No sólo respecto de Cataluña, sino de toda España.

Digamos bien alto y bien claro. No hay dos Cataluñas. Cataluña es tanto nuestra, del constitucionalismo, como de ellos, del secesionismo. Digo más. Es más nuestra que de ellos, porque ellos pretenden desterrar de Cataluña lo que la razón, la democracia, el Estado de Derecho y los derechos fundamentales han configurado a lo largo de las últimas décadas. La legitimidad está de nuestro lado, no del suyo, basado en la mentira y la manipulación de los conceptos. Así que, señores del secesionismo, señores del constitucionalismo acomplejado, déjense de retóricas que no resisten análisis serio alguno.


Una respuesta a “MANIPULACIÓN Y PROPAGANDA: EL CONFLICTO ENTRE CATALANES

Deja un comentario